Hoy nos encontramos ante otra realidad. Una realidad distorcionada y definitivamente nunca antes vista. Ahora soñamos con poder salir, con salir sin miedo, sin mirarnos con extrañesa al salir a comprar algo esencial a la calle. Con los sueños estancados (al menos, Dios quiera, por un tiempo), con los objetivos y nuestro check list de principio de año en pausa. Muchas veces ya no sabemos si pensar que todo va a pasar, o pensar que hubo un cambio permanente y aferrarnos a una incertidumbre que nos carcome en nuestra cabecita.
Yo miro a mi hija de un año y medio y pienso, ¿cómo será todo después de ésto?, ¿cuánto tardará el mundo en volver a su cause, así como lo conocemos?, ¿volverá todo a nuestra "normalidad" anterior? Y es ahí cuando recuerdo esas tantas cosas que tenía en mente y quería hacer.. como viajar a Europa y caminar por esas calles parisinas que tanto me gustan de la mano con vos, tirarnos en el pasto a jugar frente a Madame Eiffel, comer algún pastelito de esos tan deliciosos en esas cafeterías color dorado. Salir a recorrer esos lugares que tanto me gustan y que tanto me enamoran. Historias que quiero contarte, historias que quiero que vivamos juntas, cosas y lugares que quiero que camines porque entiendo que el sentido de la vida es tener historias para contar, y no cosas para mostrar.
Compartir, mimar, aprender a tener más paciencia con los habitantes de la casa y, por qué no, con uno mismo. Querer que se termine para volver "al ruedo", para volver a abrazar, para volver a nuestros trabajos (quien iba a decir que es más complicado trabajar desde casa). Por otro lado querer que no se termine, quedarse acurrucado en casa a resguardo de todo lo que está pasando en el exterior. Sentimientos encontrados.
El mundo está parado de una forma extraña, la típica frase de "paren el mundo que me quiero bajar" se hizo realidad? O eso quisiéramos? En nuestro fuero interno sabemos que no es tan así. Sin embargo seguimos buscando los detalles, las pequeñas cosas lindas y positivas dentro de tanto caos. Ya no abrazamos a los demás, estamos aprendiendo a abrazarnos a nosotros mismos, para una vez terminado todo abrazar mejor. Estamos volviéndonos locos con el trabajo en casa y el estudio propio o de los chicos, pero a su vez estamos aprendiendo a manejar cosas nuevas. Parece que no, pero comenzamos a simplificar cosas que pensábamos que nunca se podrían simplificar. También comenzamos a hacer cosas que teníamos postergadas y que siempre teníamos "ahí", para cuando tubiésemos tiempo.. y a pesar de que estamos ocupados con mil cosas a la vez nos dimos cuenta que se podían hacer igual. Y así estamos, sacando cosas de la galera que pensábamos que no teníamos, que no podíamos.
Nos abrazamos.
Aprendemos.
Nos hacemos el tiempo.
Nos tenemos más paciencia.
Paramos la máquina.
El tiempo pasa más lento pero le sacamos más probecho.
La cuarentena no estaba tan mal después de todo, no les parece?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Social Icons